¿Cuántas veces hemos dicho: ¡Truco o trato! sin saber realmente qué estabamos diciendo?
Yo me he propuesto descubrirlo y esto es lo que he encontrado:
El 31 de octubre al anochecer, Halloween entra en su apogeo. Una de las costumbres más arraigadas la noche de Halloween entre los niños y no tan niños es disfrazarse, cuanto más terrorífica y esperpénticamente mejor, y recorrer las calles al asalto de las casas del barrio. Las pandillas de niños van por la calle con sus disfraces, llaman a las puertas y cuando el inocente visitado abre la puerta, lanzan el grito unánime "¡truco o trato!. La tradición exige que el inquilino de la casa ceda a este terrible chantaje, regalando a los niños todo tipo de dulces y golosinas de Halloween, haciendo, pues, trato con ellos. De no obrar de esta manera, el vecino moroso se expone a las temibles travesuras (tricks) de los chiquillos disfrazados de esqueletos, zombies, vampiros, momias o brujas.
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